Recuerdo del primer mensaje :
Purist Furiatrueno era un duro luchador con mucho camino recorrido y un caballero profundamente comprometido, habiendo jurado obediencia a la orden en la que había crecido como escudero de caballeros veteranos de gran reputación. Había pasado la vida entera al servicio de la Omnisciencia, La Que Todo lo Ve. La de ellos era una sagrada lucha y tan arraigada estaba en él su labor, que nunca la cuestionó mientras tuvo fuerza para combatir y el impetuoso valor de la juventud. Pero los largos años de la cruzada iban pasando, cuando sus mayores pasaban a mejor vida y eran enterrados en penosas tumbas a los lados de caminos embarrados, cuando sus hermanos caían en combate contra ignorantes criaturas que se negaban a someterse a la Omnisciencia, cuando sus propios escuderos eran aniquilados por emboscadas, plagas y agua no potable, empezó a cuestionarse el significado de sus votos y el de toda la cruzada. Tras una profunda meditación, partió con su ejército y comenzó un largo camino de vuelta hacia los acantilados llenos de cuevas de Emauracus, y allí desafió a los monjes de la Omnisciencia. Ningún caballero los había cuestionado antes y ellos intentaron arrojarlo al foso de los sacrificios, pero Purist no se inmutó, ya que cuando les plantó cara empezó a brillar con una luz sagrada y ellos se dieron cuenta de que la Omnisciencia había decidido mostrarse a él. El Anciano Hierofante le condujo durante semanas en un viaje hacia las profundidades, hasta llegar a la más profunda y sagrada cámara donde esperaba no un concepto abstracto de sabiduría y descubrimiento, no una reliquia esculpida que requiriese de una inyección de imaginación para creer, sino el Supremo en persona. No se había limitado a habitar esas rocas durante millones de eones; no, Él las había creado. La Omnisciencia había formado la inmensa capa de mineral que rodeaba el planeta para defenderse de los numerosos terrores del espacio. De esta forma, La Que Todo lo Ve proclamó haber creado el mundo. Dadas las otras verdades reveladas a Purist en ese día, el caballero no tenía razón alguna para refutar la historia. Quizás la Omnisciencia era una mentirosa que se escondía en su profunda prisión de piedra y no la creadora del mundo, pero Omniknight nunca más cuestionó su fe. Su campaña tenía finalmente sentido y no cabe duda de que los gloriosos poderes que atesora y dan a sus acompañantes fuerza en el combate, son reales y van más allá de toda sospecha.
Purificación
Cura instantáneamente a una unidad aliada y daña a todas las unidades enemigas cercanas.
Repulsión
Crea un poderoso guardián divino que impide que la mayoría de magia afecte a la unidad objetivo.
Aura de Degeneración
Degenera rápidamente las capacidades de movimiento y ataque de las unidades enemigas que se acerquen demasiado.
Ángel Guardián
Omniknight invoca un Ángel Guardián que otorga inmunidad contra el daño físico y aumenta drásticamente la regeneración de vida de los aliados cercanos. Mejorable con el Cetro de Aghanim
Purist Furiatrueno era un duro luchador con mucho camino recorrido y un caballero profundamente comprometido, habiendo jurado obediencia a la orden en la que había crecido como escudero de caballeros veteranos de gran reputación. Había pasado la vida entera al servicio de la Omnisciencia, La Que Todo lo Ve. La de ellos era una sagrada lucha y tan arraigada estaba en él su labor, que nunca la cuestionó mientras tuvo fuerza para combatir y el impetuoso valor de la juventud. Pero los largos años de la cruzada iban pasando, cuando sus mayores pasaban a mejor vida y eran enterrados en penosas tumbas a los lados de caminos embarrados, cuando sus hermanos caían en combate contra ignorantes criaturas que se negaban a someterse a la Omnisciencia, cuando sus propios escuderos eran aniquilados por emboscadas, plagas y agua no potable, empezó a cuestionarse el significado de sus votos y el de toda la cruzada. Tras una profunda meditación, partió con su ejército y comenzó un largo camino de vuelta hacia los acantilados llenos de cuevas de Emauracus, y allí desafió a los monjes de la Omnisciencia. Ningún caballero los había cuestionado antes y ellos intentaron arrojarlo al foso de los sacrificios, pero Purist no se inmutó, ya que cuando les plantó cara empezó a brillar con una luz sagrada y ellos se dieron cuenta de que la Omnisciencia había decidido mostrarse a él. El Anciano Hierofante le condujo durante semanas en un viaje hacia las profundidades, hasta llegar a la más profunda y sagrada cámara donde esperaba no un concepto abstracto de sabiduría y descubrimiento, no una reliquia esculpida que requiriese de una inyección de imaginación para creer, sino el Supremo en persona. No se había limitado a habitar esas rocas durante millones de eones; no, Él las había creado. La Omnisciencia había formado la inmensa capa de mineral que rodeaba el planeta para defenderse de los numerosos terrores del espacio. De esta forma, La Que Todo lo Ve proclamó haber creado el mundo. Dadas las otras verdades reveladas a Purist en ese día, el caballero no tenía razón alguna para refutar la historia. Quizás la Omnisciencia era una mentirosa que se escondía en su profunda prisión de piedra y no la creadora del mundo, pero Omniknight nunca más cuestionó su fe. Su campaña tenía finalmente sentido y no cabe duda de que los gloriosos poderes que atesora y dan a sus acompañantes fuerza en el combate, son reales y van más allá de toda sospecha.
Purificación
Cura instantáneamente a una unidad aliada y daña a todas las unidades enemigas cercanas.
Repulsión
Crea un poderoso guardián divino que impide que la mayoría de magia afecte a la unidad objetivo.
Aura de Degeneración
Degenera rápidamente las capacidades de movimiento y ataque de las unidades enemigas que se acerquen demasiado.
Ángel Guardián
Omniknight invoca un Ángel Guardián que otorga inmunidad contra el daño físico y aumenta drásticamente la regeneración de vida de los aliados cercanos. Mejorable con el Cetro de Aghanim