Recuerdo del primer mensaje :
Alcalde italiano prohíbe morir a sus ciudadanos
“Vietato morire”: rencillas políticas devienen en la fáustica prohibición de morirse que el alcalde Giulio Cesare Fava ha impuesto a los habitantes de Falciano del Massico, un pequeño pueblo en el sur de Italia.
En una medida legal insólita y casi fáustica o prometeica, el alcalde de Falciano del Massico, un pequeño pueblo de casi 4 mil habitantes situado en la provincia al sur de Italia, a unos 50 kilómetros de Nápoles, prohibió morir a sus habitantes.
Giulio Cesare Fava, que es el nombre del político, tomó esta determinación porque la municipalidad que administra no cuenta con un cementerio propio, por lo cual, hasta ahora, sus habitantes habían utilizado para enterrar a los difuntos el de un pueblo vecino. Sin embargo, a causa de una enemistad reciente, Fava prohibió a sus ciudadanos morir hasta la resolución del problema.
“Queda prohibido, según las posibilidades de cada uno, a los ciudadanos residentes y afines, sobrepasar los límites de la vida terrenal para transitar al más allá”, dicta la ordenanza.
Con todo, dos ancianos desobedecieron la medida y, por desgracia, fenecieron, generando una dificultad a las autoridades de Falciano del Massico a propósito del destino de los cuerpos. Además, claro, de la sanción a la que se hicieron acreedores por faltar a la ley promulgada.
Alcalde italiano prohíbe morir a sus ciudadanos
“Vietato morire”: rencillas políticas devienen en la fáustica prohibición de morirse que el alcalde Giulio Cesare Fava ha impuesto a los habitantes de Falciano del Massico, un pequeño pueblo en el sur de Italia.
En una medida legal insólita y casi fáustica o prometeica, el alcalde de Falciano del Massico, un pequeño pueblo de casi 4 mil habitantes situado en la provincia al sur de Italia, a unos 50 kilómetros de Nápoles, prohibió morir a sus habitantes.
Giulio Cesare Fava, que es el nombre del político, tomó esta determinación porque la municipalidad que administra no cuenta con un cementerio propio, por lo cual, hasta ahora, sus habitantes habían utilizado para enterrar a los difuntos el de un pueblo vecino. Sin embargo, a causa de una enemistad reciente, Fava prohibió a sus ciudadanos morir hasta la resolución del problema.
“Queda prohibido, según las posibilidades de cada uno, a los ciudadanos residentes y afines, sobrepasar los límites de la vida terrenal para transitar al más allá”, dicta la ordenanza.
Con todo, dos ancianos desobedecieron la medida y, por desgracia, fenecieron, generando una dificultad a las autoridades de Falciano del Massico a propósito del destino de los cuerpos. Además, claro, de la sanción a la que se hicieron acreedores por faltar a la ley promulgada.